martes, 1 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno VI por ROBERTO HOFER: La impronta magallánica de un certamen que trascendió

-Los Del Ocaso, Los Lazos y Patagonia 4 fueron íconos del Festival Folclórico en la Patagonia, cuyo auge recogen registros grabados.


En Magallanes perviven registros grabados de conmovedora belleza. Como hilo conductor, muchas de aquellas canciones e intérpretes se engarzan en un evento regional aquilatado a punta de sueños, esfuerzos y voluntades: el Festival Folclórico en la Patagonia.

Este histórico hito nació en la “década prodigiosa”, al alero de radio Minería, cuando Ramón Utz y Alejandro Chávez organizaron el Primer Encuentro Folclórico en la Patagonia (1967) en los estudios de la emisora. Allí, la canción “Punta Arenas adiós”, del sacerdote músico Belarmino Sánchez, triunfó en las voces de Los del Ocaso. Si bien no hubo una segunda edición, la inquietud quedó en el aire.
Sus ganadores, Los del Ocaso, fueron una de las señeras bandas locales hijas de la movida “neo folclórica”, surgidos ese mismo año de las aulas del Liceo San José, con: José Palma Oyarzún, Juan Carlos González, Miguel Palma Dragicevic y Willy Mimica.

Dentro de sus difíciles itinerancias, tuvieron el privilegio como grupo de cantar en la Peña de los Parra en 1971, y estuvieron a un tris de aquilatar un vinilo propio. De hecho, en pleno paro de los camioneros de octubre de 1972, que paralizó a Chile completo, viajaron a Santiago a grabar un extended play, que traería dos temas por lado. Registraron para IRT: “Punta Arenas, adiós”, “Nieve”, “Tonada para el regreso” y “La leyenda del calafate”.

Al final, según Miguel Palma, les ocurrió lo que a muchos: “Grabamos, salió súper bonito, y la historia de esas grabaciones es que luego vino el Golpe de Estado y nunca pudimos recuperar las matrices”.

Magallanes tiene Festival


En 1969, el Teatro Gran Palace albergó su primera versión oficial, con apoyo del público y de la recién creada Corporación de Magallanes, Cormag. Un atestado recinto obligaría a sus organizadores a buscar sillas prestadas incluso en el vecindario.

Ese año, se alzaron con Ñandú de Oro los Vocal del Sur (Mejor Conjunto) de Neuquén, Argentina, y segundos Los Trovadores del Río, de Coyhaique, con su legendario “Mensaje” (originalmente llamado “Mensaje en la Patagonia”. Recién en el tercer puesto figuró Magallanes con Los del Estrecho.

Desde Aysén, Los Trovadores del Río retornarían al año siguiente convertidos en Los Lazos, para adjudicarse el premio al Mejor Intérprete. Arturo Barros, fundador del grupo, reconoce que el germinar de Los Lazos se dio en 1970 sobre el escenario del Festival en la Patagonia, y que les valió inmediatamente empezar a grabar discos: “Aquí nos encontró Roberto Inglez (ejecutivo discográfico) con un gran musicólogo argentino de apellido Sánchez, y ellos en conjunto decidieron que pasáramos a ser artistas exclusivos del sello RCA Victor en aquel entonces”. Esto les permitió grabar un primer single (“Mensaje” y “La calle”), que dio paso al que sería el álbum más vendido de Chile. Por cierto, su LP “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluyó además una versión de “Plegaria de un Labrador”. Barros señala que hicieron su arreglo como un homenaje a Víctor Jara, y que “le gustó mucho al autor y a los Quilapayún también”. Este avezado compositor volvería a hacer historia junto a Los Lazos al ganar el certamen en 1974 con “Ilusión Arriera”, y en 1976 con “Los hombres del viento”.

Hijos del Festival


Volviendo al Festival, en 1970 salieron vía Entel sus primeras transmisiones vía satélite para irradiarlo por toda la cadena El Mundo de Argentina. De ahí su mayor repercusión mediática del otro lado de la alambrada que a nivel nacional.
Con la nueva década, el creciente arraigo del evento, sumado al influjo de la Nueva Canción Chilena y una nueva hornada de grupos locales, instaló en el colectivo popular un acendrado gusto por la música de corte folclórico, más asociada a ritmos de chaleco, faja y bombacha que a los tradicionales de chupalla y poncho.

Magallanes no sólo tomó palco sino que proyectó su nombre mediáticamente gracias al éxito nacional de una juvenil agrupación llamada Patagonia 4 (Víctor Alarcón, Francisco Cresp, Héctor Sepúlveda, Jorge Sharp y Miguel Angel Soto).

Además de adjudicarse en 1975 la competencia del Festival en la Patagonia con la canción “Cuatrero” (más el Ñandú al Mejor Intérprete) y de ser invitados al Festival de Viña del Mar, en 1976 fueron reconocidos con el "Laurel de Oro" (similar al premio APES) como mejor grupo folclórico nacional, desplazando incluso a Illapu.
Gracias a contactos del empresario Enrique Sánchez López, presidente de la Corporación Patagónica del Folclor (organizadora del certamen regional), viajaron en dos oportunidades al Festival de Cosquín en Córdoba, Argentina, ganando el Prefestival, y estuvieron en Buenos Aires cantando una temporada en el Hotel Sheraton.

En aquellos años alcanzaron a grabar tres long plays: “Patagonia 4 canta así” (1975, FPF), “Patagonia 4 Folklore y Juventud” (1976, FPF) y “Al sur de la tierra” (1979, RCA). Los dos primeros fueron producciones privadas de la entonces Fundación Patagónica del Folklore.

Paréntesis militar

Así llegamos hasta 1978, un año que pisará fuerte el destino del certamen patagónico. Para los registros, en aquella décima versión el Ñandú viajó al norte, al adjudicárselo Los Paracas con “Sueña negrito”: Tras cartón, grabarían el tema ganador en single (EMI, 1978) con “Vengo del tiempo, Señor” al reverso (canción finalista del mismo festival). Los Paracas son hoy una agrupación de culto y figuraron entre los estelares del álbum colaborativo “Misa de los Andes” (EMI, 1979), editado por el grupo Congreso -que incluyó un tema cantado por Zalo Reyes, quien habrá tenido su “motivo y razón” para figurar como Boris González-.

Hasta 1977, tuvimos un evento hermanado con el pueblo argentino, que consagraba a un ganador chileno y a otro del vecino país, paridad que llegará a su fin derribada por los vientos de guerra, a raíz del diferendo limítrofe del Beagle (islas Picton, Nueva y Lennox). Aquel conflicto en ciernes –de manera comparable a una pandemia- marcó un doloroso paréntesis, en especial para un vecindario limítrofe de recíproca inmigración, con una historia en común y un fuerte intercambio cultural.

Luego del ‘78 las autoridades regionales mostraron “tarjeta roja” al Festival y decretaron su receso indefinido, expulsando de la cancha (en pleno año del Mundial de Argentina) a todo lo que sonara a consagrados “ché” como Los 4 de Córdoba, Los Tucu Tucu, Nuestro Tiempo, Daniel Toro, Voces del Norte, etc.

Pese al hiato que afectó al Festival hasta su democrática reedición en 1990, la expresión folclórica se mantuvo viva, abriéndose espacio en emergentes enclaves culturales como La Pincoya y el Café Kultural. Y pensar que la cercanía de artistas de ambos países alternándose en el escenario festivalero hizo posible que los Illapu conocieran a un argentino llamado Roberto Ternán, de quien tomaron prestado su “Candombe para José”.

LOS LAZOS “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluye la galardonada canción “Mensaje”.
LOS LAZOS “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluye la galardonada canción “Mensaje”.

 
 
 
PATAGONIA 4 “Patagonia 4 canta así” (1975, FPF), primer álbum del grupo.


 






















 
 PARACAS Single “Sueña negrito” (1978, EMI) de los Paracas, tema triunfador del Festival.


  
LOS TUCU TUCU eran hijos predilectos del evento ya en los años ’70.
 


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