miércoles, 30 de septiembre de 2020

Descargo y Maleficio, FROZEN, SONGBOOK de DIOGENES, y THANATOLOOP este Bandcamp Friday!

Enhorabuena para este Bandcamp Friday, tenemos el Songbook del álbum DIOGENES - Caminante Del Cielo, que contiene la linea melódica en partitura, con los acordes y letras para que canten.
























Como descargar?

1- Entrar al link:
https://diogenespatagonia.bandcamp.com/album/caminante-del-cielo
2- Haz CLICK en Buy digital album NAME YOUR PRICE o
$0.- USD si quieres bajarlo gratis!
3- Completa la info y descarga (D O W N L O A D!)
4- Disfruta 🎸!

OJO! Recuerda que todas las utilidades de los aportes recaudados este viernes van directamente a beneficio de los artistas!

PD 1: Recomendamos el álbum de THANATOLOOP disponible en CD edición Ltda. :




PD 2: El viernes sale un nuevo tema de DESCARGO Y MALEFICIO:



PD 3: Hoy a las 23 h sale un especial de nuestro álbum CDC por AAM Radio con una entrevista exclusiva de Christian Landaeta:

https://aamradio.com/

PD 4: El viernes comienza la pre-venta en cassette del legendario álbum homónimo de FROZEN (Punta Arenas) y también estará disponible en formato digital:



Atte. Elciu Dadanodelu Niverso

domingo, 27 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno X: Conexiones entre grabaciones inmortales, sus artífices y el café cortado por Roberto Hofer

-Violeta Parra y Los Jaivas figuran entre los discos regalones que registraron hace décadas los sonidistas Fernando Mateo y Luis Torrejón.

[Tiempo De Lectura 7 a 10' aprox.]

El vinilo es una huella de cultura que retorna (tomo la frase prestada de un maestro), algo así como un preciado juguete que pasa del abuelo al nieto, con el inextinguible valor de un tesoro. Si aún brillan sus surcos, tanto mejor.
De ahí estas líneas motivadas por la revalorización del formato, y el que nos extendamos otra semana con la memoria viva de Luis Torrejón y Fernando Mateo, responsables de hitos fundamentales de la discografía chilena. Su generosidad como pioneros de nuestro sonido tampoco conoce de límites al frente o detrás del micrófono. 
 
Justo cuando Chile ya producía sus primeros talentos nacionales de exportación, el porteño Luis Alberto Torrejón Torrejón, a la sazón ingeniero eléctrico de la Armada, recibiría el divino llamado de la música para integrarse al sello RCA. Corría 1959, pleno auge del microsurco (discos long play o de larga duración de 33 rpm, y discos singles de 45 rpm), y don Luis –el hombre del eterno bigote- se calzaría su traje nuevo para cumplir funciones en la fábrica de discos. Cuarenta y ocho horas después lo enviaron al estudio a hacerse cargo de la mantención, hasta que… transcurridos cinco días el técnico de grabación falló. “Estaba la gente esperando y (un gerente) me dice: Lucho, ¿Te atreves a grabar tú?”.
 
No sólo “aperró”, sino que se especializó en Alemania, sin siquiera soñar que su aporte le imprimiría un sello más definido al sonido nacional. Según apunta, él no paraba y muchos lo pedían, transformándose en una “fábrica” de canciones: “yo grababa desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la madrugada. Eso lo hice durante 30 años, por eso grabé tanto, no sé cómo lo hice, dormía dos o tres horas y ya, chao. Y seguía”.
En el papel, entre una y dos de la tarde tenía un lapso para descansar e ir a almorzar, pero no era así: “partía como a las 9 ó 9 y media, terminábamos cerca de las 2 y media con la primera grabación, el otro grupo estaba esperando afuera”. De ahí era una interminable sucesión que entraba y salía, y así hasta las 5 AM. “Pero eso fue diario, entonces uno se habitúa. Y yo me tomaría unos 10 a 12 cafés cortados al día por lo menos, con sánguches. Así me mantenía”.
 

Los más vendidos

 
En lo que respecta a Fernando Mateo López, quien se formó precozmente y a pulso desde las consolas radiofónicas, la semana pasada dejamos pendiente cuál fue su primera obra como técnico de grabación. Esto se dio en RCA, justo a poco de que el señor Torrejón dejara aquella compañía para ser tentado por Philips. “Mi primer disco fue un disco con Los Sonny’s, “El Bueno, el Malo y el Feo” (1968, RCA Victor) se llamaba. Era una recopilación de la música western de esos tiempos. Entonces el director de RCA era Carlos González, que fue quien me llevó a mí, detrás de Lucho (Torrejón)”, evoca.
 
Mientras su compañero ostenta la mayor cantidad de grabaciones en Chile, y que hace años intenta contabilizar, Mateo está definitivamente lejos de tener una referencia del número de discos en que aportó, dada la diversidad de vivencias en lo profesional y estilos abordados.
“Una de las primeras producciones que yo grabé y que recuerdo con mucho cariño fue lo que hicieron Los Cuatro de Chile con los Duvauchelle (Héctor y Humberto) el homenaje a Óscar Castro donde estaba el ‘Para que no me olvides’ y todas esas canciones, yo creo que es un disco de culto”.
 
No menos singulares resultaron sus aportes en vinilos como: Dr. Mortis y sus Zombies Cumbiancheros “Cumbias Que Son La Muerte” (1977, Asfona) o Grupo Móvil “Beat Music For Nice Dreams” (1970, Asfona), que cultivaba una especie de soul latino. A nivel regional, el “Canto a Magallanes” (1977, Sello Magallanes) de Alturas lleva su sello como ingeniero.
Y si de súper ventas se trata, Mateo recuerda como fenómeno de ventas el álbum “La ventana” de Los Jaivas, que él registró: “el segundo disco que hicieron, ellos habían grabado (antes) con una empresa americana. Ahora, el productor de esto, que fue la primera vez que conocí a un productor, era este niño de Amerindios, Julio Numhauser, el autor de ‘Cambia todo cambia’. Julio fue el que los llevó específicamente a grabar ese disco que era ‘La Ventana’, que vendió cerca de 200 mil copias”.
 
Por su parte, Torrejón cita “El rock del mundial” de The Ramblers, aquel exitazo de 1962: “en un mes vendieron casi 100 mil copias. En aquellos tiempos se vendía mucho, mucho”. Otro caso emblemático fue Palmenia Pizarro: "me acuerdo que pasaban las cuotas de los 100 (mil), 150 mil, 200 (mil), 300 mil discos”.
 

Para la posteridad

 
Al final quisimos indagar cuál creen ellos que fue su mayor logro u obra cumbre que los identifica, algo así como su “Sargeant Pepper’s” (parafraseando a The Beatles) como grabación de trascendencia histórica.
Torrejón, a quien le pertenece el catálogo íntegro de la Nueva Ola, cita un álbum que nunca pensó grabar: “Las Últimas Composiciones de Violeta Parra” (1966, Odeón), al ser ella artista exclusiva de otra casa discográfica. “Decían que era medio atravesada la chica, pero se fue a RCA, habló con Hernán Serrano (director del sello) y quería hacer una producción, pero quería que yo le grabara”. Aun cuando el contacto más cercano que tenía con la artista se remitía exclusivamente al momento de grabar, nunca afuera del estudio, Violeta “fue para adentro a decirme: ‘oye, vamos a grabar, Lucho’. Y lo le dije: todavía tú eres Odeón, ¿cómo te voy a grabar yo?”. Ella le respondió que no le importaba.
 
Según Luis, Odeón podía perfectamente haberle hecho una demanda a RCA, “pero no pasó nada, había respeto, fue (algo) muy respetuoso. Parece que (Violeta) había grabado varias cosas antes (con RCA), ‘Casamiento de negros’, que sé yo, hay varios temas, es muy divertido. Venía al estudio RCA grabábamos acá, pero eran editados por la Odeón”. Lo mismo le pasó con otros artistas Odeón como Cecilia o los Huasos Quincheros, pero eran arreglos entre los sellos, “así que al final terminé grabando igual”.
 
A su vez, Fernando Mateo tiene varios “regalones”. Si bien “La ventana” de Los Jaivas (1972, IRT) dejó una marca, igual pesa en la balanza el disco “Buddy Richard en el Astor” (1969, RCA): “ése era una aventura, porque no había medios técnicos en esos tiempos como para hacer nada, venían con las puras ganas”. Así también sacó adelante el LP del Pollo Fuentes “En Persona En El Astor en el Astor” (1970, Producciones Caracol) y después “Gloria en el Municipal” (1971, RCA Victor) de la Simonetti (disponibles en la plataforma Youtube). “Yo tengo ganas de nuevo de hacer el de Buddy, incluso tengo el disco, y el de la Gloria”.
 
Otro “hijo” al que le da vueltas es el disco “Sonia canta a Violeta Parra/10 temas de amor” (1979, SYM Producciones): “lo estoy ahora rehabilitando, o sea en los ratos desocupados que tengo en mi casa lo estoy remasterizando por decir así. Era de Sonia y Myriam (ese trabajo), con Guillermo Rifo”.
 
Don Luis acota que ambas “tenían un sello que se llamaba SYM y sacó al hermano de Piñera, el Negro Piñera, nosotros hicimos los casetes”.
Y, a propósito del mismo sello, “grabamos (el single) ‘Ojalá’ con la (Gloria) Simonetti”, remata Mateo.


El disco más influyente de la música chilena: “Las Últimas Composiciones de Violeta Parra” (1966, RCA Victor).

El mítico álbum en vivo “Buddy Richard en el Astor” (1969, RCA).



jueves, 24 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno IX: Encuentro con la “historia viva” de nuestro sonido grabado, por Roberto Hofer Oyaneder.

[Tiempo de lectura 7 a 10 min.]

"Anécdotas, hitos y el inevitable escenario post 11 de septiembre de 1973, afloran al dialogar con los dos ingenieros de sonido que dejaron mayor huella en la escena nacional.
"

Hablar de Luis Torrejón y de Fernando Mateo es remontarse a un pretérito perfecto, a un periodo dorado de la música nacional durante la segunda mitad del siglo pasado, en el cual Chile prensó sus más celebrados registros fonográficos. Cual artesanos del sonido, un gran porcentaje de dichos trabajos pasaron por sus manos en las salas de grabación. La música aflora aún por sus poros.
“Hasta el último día que respire voy a estar metido en la música”, señala Torrejón, porteño de 84 años, ingeniero eléctrico responsable de grabar más de 11 mil registros desde 1959 hasta la década de los años ’80. Fueron tantos títulos que ni siquiera recuerda cuál fue el primero: si un disco de Los Provincianos o el de un ex miembro de Los Cuatro Huasos, banda fundamental de nuestra escena folclórica clásica. En su “portfolio” figuran grabaciones con Violeta Parra, Víctor Jara, el catálogo de la Nueva Ola, e incluso trabajó con Bert Kaempfert en Alemania y grabó las bases de seis temas para Elton John en Inglaterra.
En tanto, Mateo (11 años y fracción más joven) es curicano y a los 12 años se fue a Santiago a estudiar e incursionar como control de radio -radios Balmaceda y Chilena-, hasta que el año 69 lo llamó RCA para formar parte del equipo. Tuvo el privilegio de grabar con Los Jaivas, Buddy Richard, Quilapayún e incluso los magallánicos Yamán.

Coincidentemente, Mateo llegaría siempre a ocupar la vacante que iba dejando Torrejón. Así se dio cuando éste debió dejar RCA, porque tenía un ofrecimiento en la NASA y al final emigró al sello Philips. Luego formó un estudio con Camilo Fernández y de ahí Sonotec (en Las Condes).

No pudimos pillar a ambos en mejor momento, semanitas antes de la pandemia, montando un estudio de grabación en el flamante Museo de la Música Chilena (en Santiago Centro), del Sindicato de Músicos Sinumuarchi. Para ello, Don Lucho llevó equipamiento propio, asumiendo como “un deber histórico” el aportar toda su experiencia para dotar al recinto de una sala de registro equipada de 24 pistas (digital y análogo) para partir.
Su ideal es reflotar un periodo de la música tan exitoso como fueron los años 60, 70 y 80, y recobrar su mística para todos los movimientos musicales, además del interés de la red de radios (ARCHI) de nutrirse con música chilena.
Hitos históricos

Mono y estéreo son dos conceptos que marcan un antes y después. Luis evoca que “mientras en Estados Unidos ya había máquinas multipista, en Chile grabábamos mono”. Esto se dio casi hasta el año 69, aun cuando indica que al incorporarse al estudio Splendid en 1968 grabaron ahí el primer registro estereofónico en el país.

“Algunos dicen que la primera grabación (estéreo) fue con los Cuatro Cuartos, yo insisto que no. Yo grabé en ese estudio con Larry Godoy, él venía de Estados Unidos, contrató músicos y grabamos un instrumental con percusión, en fin. Para mí esa es la primera”, apunta.
Incluso remarca que en esa época, tanto la EMI como RCA (donde él trabajo) tenían estudio de grabación mono igual, y la primera máquina multipista fue la que trajo Splendid, que comenzó a grabar en tres pistas y después la modificaron (a él le tocó ampliar a cuatro).
Sin ir más lejos, Mateo destaca que con esas tres pistas se hicieron joyas que perduran hasta hoy, como “Mira Niñita” y “Todos juntos”.
Torrejón confiesa que no había muchos recursos antes de aquello. Cuando empezó en RCA, aparte de grabar en monoaural le tocó registrar todo en directo desde 1959 a 1963. Hasta que “a fines del ‘63 empecé innovando, empecé a copiar y a hacer playback, dejaba la voz sola para doblarla después”.
Aquella primera grabación en que hizo doble “playback” fue con el Clan 91. En dicho long play fueron dobladas las voces solistas en una cinta mono: “entonces grababa a más nivel y después reducía el nivel para evitar el soplido (el ruido), y podía amalgamar bien la cinta”. No tiene miramientos en contar que el 90 por ciento de lo que grababa en ese entonces lo editaba con tijera.

Ambos recuerdan de esa época que Chile tuvo sólo dos empresas que eran sellos discográficos y fábrica de vinilos: Odeón, por un lado, con su prensadora en calle Libertad y su estudio de grabación en San Antonio; y RCA Victor, que tenía su estudio de grabación en el sexto piso de Matías Cousiño (mismo edificio de radio Minería) y la fábrica en Vicuña Mackenna.

Ahora, por políticas de compañía, Odeón hacía solamente sus producciones y no le prensaba a terceros, en tanto RCA grababa con todo el mundo y le imprimía discos a sellos chicos como Demon (de Camilo Fernández), Caracol (de Antonio Contreras), Asfona, Banglad, Philips e incluso Dicap (del Partido Comunista).
Ecos del “11”
A propósito de la empresa Dicap, que era la Discoteca del Cantar Popular, dirigida por Juan Carvajal, don Luis señala que también “pituteó” para ellos: “Yo grabé para el sello Dicap -allá en Thayer Ojeda- con Alfredo Zitarrosa. Justo terminamos de grabar el día 10 de septiembre de 1973, fue la última vez que vi a Víctor Jara, que acompañó igual que Ángel Parra a Zitarrosa, que traía a dos guitarristas cordobeses y un contrabajo y nada más”. Ese disco nunca lo vio editado, y dice que el propio Juan Carvajal se llevó el máster a España justo el 11 de septiembre: “se salvó jabonado”.

Como anécdota, relata que cuando grababa en el programa Sábados Gigantes y se produjo el Golpe de Estado, varios del staff no aparecieron y entre quienes echaron de menos figuró el músico Valentín Trujillo, quien no salió durante dos semanas de su casa, asustado. Relata que un sábado en la noche, un auto negro se detuvo frente a la casa del pianista y unos jóvenes salieron con unos paquetes, que se los arrojaron hacia al patio por arriba de la verja. “Valentín sale a buscarlos y los tipos le hacen saludo y salen, y Valentín va a buscarlo. Eran cintas de Quilapayún, de Víctor Jara, qué se yo, entonces tomó las cintas y las metió arriba en el entretecho”. De ahí le contó de ello a Torrejón, quien hizo de puente y le aconsejó que se les trajera de a una y que no se noten las marcas.

A los tres meses del Golpe, el DJ y productor Ricardo García justo viajaba a Holanda, y Torrejón le entregó varias copias de aquellas grabaciones que él traspasó a carrete de 7,5 pulgadas para que así no llevara cintas grandes. “Debe haberse llevado unos 20 ó 18 long plays y él pudo viajar a Europa”, señala. Al parecer, hasta ese entonces este hombre de radio era visto sólo como una especie de simpatizante del Partido Comunista. Aparte que vivía en Pedro de Valdivia norte, sector identificado con “las casitas del barrio alto”, de esas con rejas y antejardín de la canción.


Las dependencias del Museo de la Música Chilena en Santiago rescatan vestigios de nuestro patrimonio musical, a los que sumarán un estudio de grabación.

 

Luis Torrejón y Fernando Mateo haciendo un alto de su generosa labor para dialogar sobre anécdotas y vinilos.



















RENE GÖMEZ: Underrated Lick No. 8 Sails Of Sharon por Uli Jon Ruth



Recomiendame algún sólo subvalorado de los años 78 y 79, escribiendo en los comentarios! SUSCRIBETE / SUSCRIBE: http://www.shorturl.at/otN23

Descarga gratis la #partitura + tablatura / Sheet Music Download + #TAB: https://drive.google.com/file/d/176ZVTaEYVa4JreIzLKKAeDG8yGKmnOY7/view?usp=sharing

Excerpt from Sails Of Sharon (1977) by SCORPIONS with Uli Jon Ruth on guitar: https://youtu.be/Zs5NOrYYV2s

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Request: danielrene.gomezsanchez@gmail.com

jueves, 17 de septiembre de 2020

RENE GÖMEZ: Underrated Lick No. 7 Joy #JohnMcLaughlin




"We play music to align the spirir". Traditional Hindu Saying

He aquí el 7° lick del tema Joy de Shakti With John McLaughlin (1976).
Descarga la transcripción (partitura y tab) a continuación:

https://drive.google.com/file/d/1Z--RNZ78LP8YPTJ5SxaIX7VMxnJhQaTH/view?usp=sharing


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Pedidos: danielrene.gomezsanchez@gmail.com

martes, 15 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno VIII por Roberto Hofer: Aquella amena comerciante que hizo florecer una disquería

[Tiempo Lectura 7' a 10' apróx.]

- La Discoteca Domic marcó época en Punta Arenas, especialmente en sus mejores tiempos de los años ’60 y ’70, ubicada en calle Roca entre Lautaro Navarro y 21 de Mayo.


Roberto Hofer Oyaneder

El eclecticismo de una legendaria tienda musical no sería mal tema para hacer un paréntesis. Y trazar una línea paralela para hacer un acto de justicia en un mes sensible y de mucha historia. Porque el 8 de septiembre de 2011 dejó de existir una apreciada magallánica: Dita Mera Latorre, quien fue el alma de la histórica Discoteca Domic, negocio familiar que supo capitalizar el auge del vinilo en estas tierras australes.

Desde 1958, y por más de cinco décadas, atendió su local a costa de mucho tesón y su inquebrantable amor a la música. Sólo los problemas de salud pudieron truncar toda una tradición y ese sagrado vínculo que mantenía con generaciones de magallánicos, a quienes supo transmitir una alta fidelidad al verbo cantado.
Un par de meses antes de su partida, a muchos extrañó que esta dama de 79 años no abriera su pequeño local comercial de galería Roca (Domeco Ltda.), último reducto desde donde se resistía a dejar de vender aquel formato sonoro que catapultó a esa gigantesca tienda de discos que la antecediera en pleno paseo Roca.
A Dita -amante del jazz y del folclor regional- le debemos mucho sobre la cultura musical, partiendo por aquel recorte de prensa (del 5 de junio de 1982) que lucía destacado en su local y que marcaba el momento en que Chile había dejado de prensar discos de vinilo.

Surcos en el tiempo

A los 19 años, en 1951 ella partió atendiendo público en el negocio musical de Lorenzo Barassi Jeria (calle Errázuriz). De ahí pasaría al local de Alejandro Domic Depolo, del rubro electrónico. Este agarraría vuelo al proponerle ella al dueño -quien sería su compañero de toda la vida, fallecido en 2002-, ampliar el rubro incorporando discos. El giro comercial decantaría hasta formar la Discoteca Domic, en un amplio local de calle Roca, a un costado de la relojería Dübrock (que después ocupó por años la notaria Silva), y que los consolidó –según ella- como el primer autoservicio que hubo en Punta Arenas.

La propia Dita mencionaba en vida que los dueños de la famosa Feria del Disco (emprendimiento de otra magallánica, Marta González Marnic) vinieron en su momento a ver cómo funcionaba su naciente disquería para exportar la idea al norte. No por nada llegaron a ser la mayor tienda de música de la región y de la Patagonia, con un stock de 20 mil vinilos. Su máxima expresión la alcanzaron en la década del ‘60, de la mano del Puerto Libre (ley que rigió desde 1956) en que empezaron a importar discos de Estados Unidos. Ella contaba que los vendedores de ese país llegaban a mostrarles sus novedosos catálogos que incorporaban las carátulas.

En los años 60, esta inolvidable comerciante recordaba que la música de Elvis Presley vivía su pleno apogeo. Tanto el público adulto como la juventud, hombres y mujeres se disputaban sus discos long plays y 45 RPM, que sólo pasaban a estar en sus generosas bateas como “furor del momento”.

Durante el auge del rock también importaron vinilos directo desde Inglaterra, según Marino Muñoz Agüero, uno de sus fieles clientes. Dita sí lamentaría una internación de discos desde Argentina que hicieron en los años ’70, cuyos caprichosos costos les hicieron salir para atrás con la partida.

En los años ’80, al morir el vinilo nacional y declinar la distribución del vinilo extranjero, su emporio musical se contrajo en locales pequeños (funcionaron también en galería Ipanema) y se fue reduciendo al mínimo, hasta llegar a un modesto local en galería Roca.

Recuerdos

Como ya es sabido, antes del Golpe Militar recibieron algunas visitas de los Quilapayún, que eran muy asiduos de sus vinilos de música negra y jazz. Y llegaban con sus álbumes para hacer trueque: “nos dejaban tres discos de ellos a cambio de un long play que traíamos de Estados Unidos”.
En dictadura debieron retirar a su bodega todos el stock de vinilos de la Nueva Canción Chilena, adonde envejecieron un par de décadas junto a otras “joyas”. Como el disco “Combo Xingú” (IRT, 1972), clásico del rock chileno del cual un amigo coleccionista alcanzó a comprarle más de una docena de copias aún selladas.
A fines de los ‘90, cuando el dúo Quelentaro iniciaba una gira regional llegaron al local a preguntar si acaso tenían algún disco original de ellos, pues habían perdido sus matrices. ¿Quedarían en la bodega? Al pasar de regreso de tocar por Natales y Porvenir, la señora Dita y su marido no les tenían una sino decenas de copias de sus long plays nuevos. Los hermanos Guzmán se emocionaron hasta las lágrimas al poder abrazar a sus “hijos perdidos” y compraron todo el material.

El verano 2003 incluso se dejaría caer un bien dateado grupo Los Prisioneros, atraídos por la curiosidad de esta disquería tradicional, para llevarse sus buenos vinilos.

Humanidad

Como decía la canción, conocerla era quererla, y numerosos melómanos añoran la magia que transmitía Dita, como el ex concejal y ex consejero regional Roberto Sahr.

“Mis recuerdos se remontan hacia mediados de los 60's cuando, siendo estudiante, trabajaba en verano sólo para comprar los discos de moda. Elvis, Paul Anka, Teen Tops pasaban de sus manos a las mías. Posteriormente, por los 80's, teniendo mi oficina frente al edificio Roca, yo era cliente habitual del Vegalafonte, café de moda en la época, lo que me llevaba también a visitarla a su local en la galería”.


Para él –como para muchos- era maravilloso revisar y adquirir los casetes de actualidad, al igual que esas reliquias rescatadas del pasado. Todo un ritual era revisar las carátulas promocionales de discos que guardaba, comprar algunos para "algún día enmarcar", cosa que nunca sucedió. Y, por supuesto, era un agrado verla, como la evoca hoy “con paso tranquilo y elegante, acercarse al mostrador a pedir el café para llevar a su negocio, siempre amable, siempre sonriente”.

Aunque sobren palabras para recordarla, y rescatar su esencia parezca tardío, qué mejor que citar una entrevista suya el año previo a su deceso:

Yo ya no debería estar en esto por la edad mía, pero me gusta tanto, porque más de 50 años estar trabajando con música es precioso, he vivido tantas etapas, he estado con tantos artistas no sólo aquí. Tengo tantas fotos con gente de afuera, porque antes los sellos eran ricos, invitaban a todos los distribuidores a congresos y se iba a Santiago con pasaje pagado, hotel pagado y allá nos encontrábamos con toda la gente. El hecho de visitar cómo se prensaban los discos en los sellos. Hoy día no se ve nada de eso, todo se perdió y es lamentable que Chile no tenga discos de vinilo como todos los países”.

En un último rebobinado de su modesta pero siempre bien presentada tienda una década atrás, sus estanterías aún albergaban algunos discos de pop y balada romántica, casetes y compactos.
Si la repentina partida de esta menuda y tierna comerciante no hubiera sido tan silenciosa seguramente no la recordaríamos hoy con tanta luz. Y no la veríamos como si aún estuviera entre nosotros, abriéndonos sus puertas a una amena conversación y alimentando de música nuestros corazones.


DISQUERIA DOMIC: La única imagen que conservaba la señora Dita de la histórica disquería
permitía apreciar apenas un detalle de la misma.

DITA MERA LATORRE estuvo más de cinco décadas vendiendo discos, con dedicada
atención y un envidiable acervo musical.

Muchos magallánicos atesoran vinilos nacionales e importados adquiridos en Discoteca Domic.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Reseña del álbum D10GENES: Versiones Acústicas por Mauro Rojas

Hacer rock de raíz debe ser algo, desde mi visión, muy difícil. Con tan grandes exponentes a nivel sudamericano, es muy fácil caer en cliches, en discursos ya utilizados o en formas demasiado retocadas. Abocarse a la pregunta ¿qué es la raíz en estos tiempos de liquidez digital y neoliberalismo post pandemia? La respuesta musical o lírica, al menos a mí, no se me ocurre que es otra cosa que una forma de experimentación, una pregunta lanzada desde lo creativo.

El proyecto DIOGENES, oriundo de Punta Arenas, se lanza a esa empresa, nada fácil. El resultado, desde mi escucha, tiene varios aciertos notables, notorios en su disco Versiones acústicas, lanzado hace muy poco. La música, las cuerdas, los juegos de silencios, arreglos, las voces femeninas, las percusiones suaves, se entrelazan creando un rock (sí, suena como rock de raíz igual) sumamente agradable y sorprendente. Hay una gran riqueza de arreglos, recurso que saben utilizar muy bien este tipo de proyectos, que hace que las canciones no dejen de ser una experiencia para el oyente. Cada canción tiene algo distinto a la otra y, reconozco sonidos nortinos, sureños, remembranzas a Inti, Illapu, Los Blops, entre muchos otros. Indudablemente hay gran riqueza musical y timbrística en el proyecto sureño.
Ahora bien, bajo mi visión, donde el proyecto tiene un punto flaco es en sus líricas. 

Da la sensación de que hay muchos tópicos y frases hechas en esta sección, como si sus vocales estuvieran sosteniéndose en algo ya muchas veces manoseado por discursos de proyectos similares. Incluso el registro, siempre formal, nunca se vuelve lo suficientemente cercano. Cabe preguntarse ¿qué es lo que estos chicos quieren realmente decir? ¿cuál es su propuesta lírica de verdad?
Fuera del punto anterior, Versiones acústicas, de DIOGENES, se erige como un proyecto muy interesante, un disco muy disfrutable desde lo musical.

Reseña por Mauro Rojas 

Arte por Gonzalo Valdivieso (DER GOLEM / ex - PROFANO)


 

domingo, 13 de septiembre de 2020

RENE GÖMEZ: Underrated Guitar Lick No. 6 Hazard Profile Pt. 1 ALLAN HOLDSWORTH

 

He aquí el 6° lick en homenaje a este gran maestro de la guitarra, en su paso por SOFT MACHINE del álbum Bundles de 1975.

Frank Zappa: "El mejor guitarrista del universo"
(Refiriéndose de Allan Holdsworth R. I. P. )

Descarga la transcripción (partitura y tab) a continuación:

https://drive.google.com/file/d/1avavme_3XQiJ2ZEL4B9QpFCMVzpru1Lb/view?usp=sharing&fbclid=IwAR3CaeFUj3HeiGmLzvBuNDSLrxpRzuOeDF57zeuj5HaF2PSUoPkcJ24eNCc

Donaciones: https://www.paypal.me/halimmusic
Pedidos: danielrene.gomezsanchez@gmail.com

sábado, 12 de septiembre de 2020

Reseña del EP homónimo de ESPEJO HUMEANTE


[Tiempo de lectura: 2 min.]

Aquí tenemos un nuevo caso de aquello que llamamos música circular, es decir, música hecha con algún sistema de loop, secuenciador o simplemente algún tipo de estructura que se repite en el tiempo volviendo al punto de partida (tiempo cero).

Es interesante escuchar la textura sonora con que comienza Junglelambada ya que si no me equivoco el riff de clarinete esta armonizado de manera bitonal (2 tonalidades simultaneas), con un sólo improvisado muy fluido del compositor e interprete Rodrigo Maturana, quien aparece como multi - instrumentista con la colaboración de Ervo Pérez en samples, beats y ocarina, así como también en la grabación y mezcla.

Antropoflesh sería el punto pivote de la obra, con una composición multiseccional, un grado mas abstracta pero no por eso menos interesante, ya que es una forma mas horizontal de música que va de la mano con el desarrollo de las improvisaciones.

Como es recurrente en estos tiempos inciertos, no podría faltar el tema Estallido, que continua la forma musical circular, pero incluye samples que añaden una dimensión mas directa y cotidiana del acontecer actual de este funesto país, en que protestamos por nuestras necesidades basicas y recibimos una brutal represión a cambio, no sólo una represión policial - militar armada, sino una represión fundada en la usura, en la inequidad sistematica y una cero empatía con la gente común, lo cual se ve reflejado en el sample sobre las nefastas AFP, se escucha la protesta hasta el punto en que silencian las voces con un disparo tal como en el 73'...
Así es la "nueva normalidad" de $hile!

Arte fotográfico por Camila Rojas  

Reseña por Elciu Dadanodelu Niverso








 





martes, 8 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno VII por Roberto Hofer: Constructores de un sonido propio con “verbo magallánico”

[Tiempo de lectura 7  a 10 min. aproximadamente]

En nuestra entrega anterior, desmenuzando las grabaciones en vinilo de talentos regionales, reconocimos al Festival Folclórico en la Patagonia como fenómeno tributario para la construcción de un cancionero propio de Magallanes, y qué mejor que a partir de una expresión artística hermanada. No podía ser de otra manera, pues talento local asomaba hace bastante rato y faltaba proyectarlo.

¿Nombres? Un cuarto de siglo antes del primer certamen, ya descollaban en audiciones de la radiotelefonía local las voces blancas de los hermanos Isabel, Ciro y Orlando Olavarría, quienes en su madurez serían grandes valores de la canción regional. Entre sus muchas incursiones artísticas, el último de ellos dirigiría un histórico conjunto, los Rocamalú, que integraron Pedro Cuevas, Pedro Ruiz, Luis Vargas, Dito Valle y los recordados Juan Maldonado y Manuel Bahamóndez (fallecido el pasado 8 de abril).

“Tonadas de Magallanes” fue el álbum que grabaron en 1977 para el sello Polydor, que contiene la clásica “Candombe para José” (Roberto Ternán), “Tonada de Magallanes” (Manuel Rojas-Orlando Olavarría) y “Mazamorra Austral” (de Ciro Olavarría).

Tronco común

Como hemos dicho, entre fines de los años ’60 e inicios de los ‘70 prendió aquí un movimiento “neofolclórico”, generoso a la hora de parir nombres: Los del Ocaso, Rocamalú, Patagonia 4, América Sur, Paralelo 53°, Mario Grandi, José Nahuelquín, Eduardo Yáñez y un sinnúmero de otras voces telúricas a la hora de remecer los sentidos.

Sin ir muy lejos, la historia de los Yamán prendió entre las murallas de la parroquia Cristo Obrero, donde en 1969 se iría gestando todo un movimiento musical, de la mano de Ciro y Orlando Olavarría, y a instancias del sacerdote Evaristo Passone. De aquel conglomerado nació en 1970 el grupo estudiantil Voces de Martinguerá, ganador de varios festivales, y que al final se desmembró generosamente en Rocamalú y los no menos activos Yamán.

Esta nueva encarnación la integraron Raúl Agüero, Rubén Aburto, Carlos Escobar y José Barría Bonacic, quienes grabarían un single en sus días de gloria para el sello SYM, en el estudio de los hermanos Zabaleta, con los temas “Hermanos del sur” (tercer lugar del Festival de Puerto Aysén de 1973) y “Mensaje en la Patagonia”. Según la leyenda, alrededor de 1976 los Yamán registraron incluso una matriz con ocho temas para un álbum con IRT Alba, sin embargo nunca se llegó a editar.
Al igual que muchos otros de su época, si estos cultores hubieran abrazado la música como forma de vida habrían escalado grandes espacios. Sin embargo, como jóvenes y pragmáticos privilegiaron el desarrollo profesional, haciendo de la música un viaje paralelo.

Orden, patria y música

De 1969 data otra insigne agrupación folclórica que reverdeció en Magallanes, procedente de las filas de Carabineros de Chile: Los Cruzados Verdes. El escritor Mario Moreno –aún sin canas- fue uno de sus firmes integrantes junto a Germán Fabio, Luis Fernandois, Gabriel Robles y Luis Vega.
Las fiestas del cuartel les dieron el impulso para dar vida a temas como la “Cueca del carabinero”, llegando a imprimirle un aire patagónico a su ingente repertorio. En 1977 grabaron el extended play “Punta Arenas, te amo”, editado por IRT para Carabineros de Chile, y que vendió 15 mil copias. Incluyó los temas: “Amigo indio patagón”, “Silencio”, “Quiero morir en la pampa” y “Una pregunta ingenia”. El grupo cedió los derechos del disco a la Fundación Niño y Patria.
Al año siguiente sacaron el single “Dos cuecas australes”, su último legado fonográfico, no sin antes realizar una gira desde Arica a Punta Arenas. Estos guardianes del orden llevarían su arsenal folclórico hasta la pantalla chica en “Sábados Gigantes” e incluso se lucieron en un encuentro internacional de policías en la Enoteca del Cerro San Cristóbal.
La movida folclórica setentera vio nacer a otros grandes exponentes, Los Ruiseñores, conjunto que integró con éxito el canto con el baile bajo la impronta de su director, Juan Vargas.

Entre sus hazañas, en 1981 grabaron el disco long play “Pta. Arenas-Embajadores del Folclore” con el sello EMI Odeón, de distribución propia, y llevaron su arte a grandes escenarios del país. Plenamente vigentes a lo largo de tres décadas, se alzaron con el preciado Ñandú en el Festival en la Patagonia cuatro años consecutivos, de 1991 a 1994.

“Canto a Magallanes”

De los rescoldos de Los del Ocaso, Miguel y Pepe Palma formarían en 1976 el Grupo Taller Alturas junto a Renato Mora (ex integrante de Los Rebeldes) y Eduardo Manzanares. Los aunaba una sensación de tristeza y derrota, a raíz de la deprimida escena artística tras el Golpe Militar de 1973. De ahí que tomaran su nombre del tema “Alturas” de Inti Illimani, que identificaba al programa “Escucha, Chile” de Radio Moscú.

Como pieza emblemática, en asociación con el poeta Fernando Ferrer dieron forma ese año a su primera obra conceptual: el “Canto a Magallanes”, que contó además con la colaboración de Rolando Arancibia y los hermanos Eduardo y Néstor Castro. También fue clave el apoyo de Enrique Sánchez, presidente del Festival en la Patagonia y dueño de una tienda de fotografía, que les permitió ir a grabarlo a Santiago, acompañados del Coro de la Universidad Católica de Chile (era muy caro llevar a un coro desde Punta Arenas).

La obra fue estrenada en el Teatro Municipal de Punta Arenas el 19 de noviembre de 1976, y también llevada al Municipal de Santiago el 22 de abril de 1977. Su versión en vinilo doble (1977, Sello Magallanes), con la poesía y música de la hoy épica “Oración por Magallanes”, hacen de esta pieza sonora un imperdible testimonio histórico-musical sobre las raíces de la región.

En 1981 grabaron otro vinilo conceptual, “El pionero”, a instancias de Ferrer, que tomó aspectos de la identidad local a medio abordar en su primera entrega. Su autoedición contó con el respaldo de partidos políticos en tiempos difíciles, sin algún empresario que se “manifestara”.

Como paréntesis, editaron el single “Zamba para olvidarte”/ “Mambo de Michaguay” (1977, Sello Magallanes). Este último era en realidad el famoso “Mambo de Machaguay”, tema del folclor peruano que ellos mismos le enseñaron a Los Jaivas en una de sus visitas a Punta Arenas un año antes. A éstos les habría gustado tanto que de ahí lo grabaron en Argentina.
Algo parecido señala Miguel Palma respecto a cuando vino Illapu el 77 ó 78, e hicieron una gira con ellos, “y les mostramos un tema mexicano recopilado de un LP viejo de mariachis, que íbamos a sacar, que era ‘El cascabel’. Ellos nos dijeron ‘pásenlo que lo queremos sacar, y ése y el ‘Candombe para José’ fueron los caballitos de batalla que tuvieron en esa época”.

Roberto Hofer Oyaneder


























CRUZADOS VERDES “Punta Arenas, te amo”
(EP).

























TALLER ALTURAS “Canto a Magallanes” (1977, Sello Magallanes).


























ROCAMALU “Tonadas de Magallanes” (1977, Polydor)




























LOS RUISEÑORES “Pta. Arenas-Embajadores del Folclore”, de 1981.

sábado, 5 de septiembre de 2020

Reseña del EP "3 Fragilidades bajo la Puerta" de PAN DE DIOS



[Tiempo de lectura: 1 min.]

Un proyecto de música experimental con sonido bastante electronico cercano al post punk, con guitarras y percusiones con delay, que van de un extremo a otro en la panoramica sónica... Voces internas que cantan los pensamientos de una persona en medio de una escena domestica chilena.

Es interesante el tratamiento sonoro muy detallista y minimalista en la instrumentación, como los teclados que aparecen en las últimas piezas de el EP, como la canción Patas De Perro:

"Y corres con ganas de morder con hambre la realidad... "

Reseña por Elciu Dadanodelu Niverso


 



viernes, 4 de septiembre de 2020

Reseña del álbum Memorias De Los Pajaros Niños de BAHIA MANSA (2020)



[Tiempo de lectura: 3 min.]

Suena un arroyo y unos arpegiadores, que en otras épocas hubieran sido un arpa probablemente, acompañado de violines, y unos delay pero estos son los pajaros niños del presente - futuro, que pueden sonar en reversa como viceversa...

Caminitos oniricos - líquidos de un arroyo sónico, sintetizadores de arpegiadores de la música modal, guitarras con delays loops de música circular, filtros varios, una atmosfera muy envolvente en estereo, que incluye grabaciones de campo realizadas por Vortichez, Klankbeeld e Ivan Aguayo, quien es el responsable de la composición, interpretación de las guitarras, sintetizadores, diseño sonoro y arte gráfico de la obra.

Además de la diversidad de sonidos de la naturaleza, animales, se pueden escuchar percusión afro, una clave, un lejano rítmo de malambo.

Para fans de la música veraniega pero sicodélica, Sun Araw, Dolphins Into The Future, también Frippertronics; pero seguro lo van a preferir los que escucharon junto a Brian Eno (Roxy Music) en su época electrónica de ambient music, especialmente el álbum Evening Star con Robert Frip.


Este álbum proximamente estará disponible en formato cassette por el sello Golden Ratio Frequencies:

http://goldenratiofrequencies.com/

Reseña por Elciu Dadanodelu Niverso
























HEROPASS "Demo II" ya está disponible en Bandcamp!



HEROPASS: Hola despiadados amigos, estamos lanzando nuestro viejo Demo II. Las primeras grabaciones de ensayo de demostración que aparecen en el cassette de Merciless Live. (Ultimas copias disponibles!) 

Escuche la versión completa de la descarga de demostración de forma gratuita o NOMBRE SU PRECIO. PD: ¡Liberamos todos los álbumes para DESCARGAR NYP (Sólo por tiempo limitado)!



jueves, 3 de septiembre de 2020

RENE GÖMEZ: Underrated Guitar Lick No. 5 İnsan mıyım, Mahluk muyum, Ot muyum ATAMAN HAKMAN

 

SUSCRIBETE / SUSCRIBE: http://www.shorturl.at/otN23

Excerpt from original version of İnsan mıyım, Mahluk muyum, Ot muyum (1974) by Fikret Kızılok & Tehlikeli Madde with Ataman Hakman on guitar.

Descarga la partitura + tablatura / Sheet Music Download + TAB: 

https://drive.google.com/file/d/1WDBW2f_8wrmGMgr1yQNUiwknebLVL9cd/view?usp=sharing

Donations: https://www.paypal.me/halimmusic
Request: danielrene.gomezsanchez@gmail.com

martes, 1 de septiembre de 2020

Crónicas del vinilo chileno VI por ROBERTO HOFER: La impronta magallánica de un certamen que trascendió

-Los Del Ocaso, Los Lazos y Patagonia 4 fueron íconos del Festival Folclórico en la Patagonia, cuyo auge recogen registros grabados.


En Magallanes perviven registros grabados de conmovedora belleza. Como hilo conductor, muchas de aquellas canciones e intérpretes se engarzan en un evento regional aquilatado a punta de sueños, esfuerzos y voluntades: el Festival Folclórico en la Patagonia.

Este histórico hito nació en la “década prodigiosa”, al alero de radio Minería, cuando Ramón Utz y Alejandro Chávez organizaron el Primer Encuentro Folclórico en la Patagonia (1967) en los estudios de la emisora. Allí, la canción “Punta Arenas adiós”, del sacerdote músico Belarmino Sánchez, triunfó en las voces de Los del Ocaso. Si bien no hubo una segunda edición, la inquietud quedó en el aire.
Sus ganadores, Los del Ocaso, fueron una de las señeras bandas locales hijas de la movida “neo folclórica”, surgidos ese mismo año de las aulas del Liceo San José, con: José Palma Oyarzún, Juan Carlos González, Miguel Palma Dragicevic y Willy Mimica.

Dentro de sus difíciles itinerancias, tuvieron el privilegio como grupo de cantar en la Peña de los Parra en 1971, y estuvieron a un tris de aquilatar un vinilo propio. De hecho, en pleno paro de los camioneros de octubre de 1972, que paralizó a Chile completo, viajaron a Santiago a grabar un extended play, que traería dos temas por lado. Registraron para IRT: “Punta Arenas, adiós”, “Nieve”, “Tonada para el regreso” y “La leyenda del calafate”.

Al final, según Miguel Palma, les ocurrió lo que a muchos: “Grabamos, salió súper bonito, y la historia de esas grabaciones es que luego vino el Golpe de Estado y nunca pudimos recuperar las matrices”.

Magallanes tiene Festival


En 1969, el Teatro Gran Palace albergó su primera versión oficial, con apoyo del público y de la recién creada Corporación de Magallanes, Cormag. Un atestado recinto obligaría a sus organizadores a buscar sillas prestadas incluso en el vecindario.

Ese año, se alzaron con Ñandú de Oro los Vocal del Sur (Mejor Conjunto) de Neuquén, Argentina, y segundos Los Trovadores del Río, de Coyhaique, con su legendario “Mensaje” (originalmente llamado “Mensaje en la Patagonia”. Recién en el tercer puesto figuró Magallanes con Los del Estrecho.

Desde Aysén, Los Trovadores del Río retornarían al año siguiente convertidos en Los Lazos, para adjudicarse el premio al Mejor Intérprete. Arturo Barros, fundador del grupo, reconoce que el germinar de Los Lazos se dio en 1970 sobre el escenario del Festival en la Patagonia, y que les valió inmediatamente empezar a grabar discos: “Aquí nos encontró Roberto Inglez (ejecutivo discográfico) con un gran musicólogo argentino de apellido Sánchez, y ellos en conjunto decidieron que pasáramos a ser artistas exclusivos del sello RCA Victor en aquel entonces”. Esto les permitió grabar un primer single (“Mensaje” y “La calle”), que dio paso al que sería el álbum más vendido de Chile. Por cierto, su LP “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluyó además una versión de “Plegaria de un Labrador”. Barros señala que hicieron su arreglo como un homenaje a Víctor Jara, y que “le gustó mucho al autor y a los Quilapayún también”. Este avezado compositor volvería a hacer historia junto a Los Lazos al ganar el certamen en 1974 con “Ilusión Arriera”, y en 1976 con “Los hombres del viento”.

Hijos del Festival


Volviendo al Festival, en 1970 salieron vía Entel sus primeras transmisiones vía satélite para irradiarlo por toda la cadena El Mundo de Argentina. De ahí su mayor repercusión mediática del otro lado de la alambrada que a nivel nacional.
Con la nueva década, el creciente arraigo del evento, sumado al influjo de la Nueva Canción Chilena y una nueva hornada de grupos locales, instaló en el colectivo popular un acendrado gusto por la música de corte folclórico, más asociada a ritmos de chaleco, faja y bombacha que a los tradicionales de chupalla y poncho.

Magallanes no sólo tomó palco sino que proyectó su nombre mediáticamente gracias al éxito nacional de una juvenil agrupación llamada Patagonia 4 (Víctor Alarcón, Francisco Cresp, Héctor Sepúlveda, Jorge Sharp y Miguel Angel Soto).

Además de adjudicarse en 1975 la competencia del Festival en la Patagonia con la canción “Cuatrero” (más el Ñandú al Mejor Intérprete) y de ser invitados al Festival de Viña del Mar, en 1976 fueron reconocidos con el "Laurel de Oro" (similar al premio APES) como mejor grupo folclórico nacional, desplazando incluso a Illapu.
Gracias a contactos del empresario Enrique Sánchez López, presidente de la Corporación Patagónica del Folclor (organizadora del certamen regional), viajaron en dos oportunidades al Festival de Cosquín en Córdoba, Argentina, ganando el Prefestival, y estuvieron en Buenos Aires cantando una temporada en el Hotel Sheraton.

En aquellos años alcanzaron a grabar tres long plays: “Patagonia 4 canta así” (1975, FPF), “Patagonia 4 Folklore y Juventud” (1976, FPF) y “Al sur de la tierra” (1979, RCA). Los dos primeros fueron producciones privadas de la entonces Fundación Patagónica del Folklore.

Paréntesis militar

Así llegamos hasta 1978, un año que pisará fuerte el destino del certamen patagónico. Para los registros, en aquella décima versión el Ñandú viajó al norte, al adjudicárselo Los Paracas con “Sueña negrito”: Tras cartón, grabarían el tema ganador en single (EMI, 1978) con “Vengo del tiempo, Señor” al reverso (canción finalista del mismo festival). Los Paracas son hoy una agrupación de culto y figuraron entre los estelares del álbum colaborativo “Misa de los Andes” (EMI, 1979), editado por el grupo Congreso -que incluyó un tema cantado por Zalo Reyes, quien habrá tenido su “motivo y razón” para figurar como Boris González-.

Hasta 1977, tuvimos un evento hermanado con el pueblo argentino, que consagraba a un ganador chileno y a otro del vecino país, paridad que llegará a su fin derribada por los vientos de guerra, a raíz del diferendo limítrofe del Beagle (islas Picton, Nueva y Lennox). Aquel conflicto en ciernes –de manera comparable a una pandemia- marcó un doloroso paréntesis, en especial para un vecindario limítrofe de recíproca inmigración, con una historia en común y un fuerte intercambio cultural.

Luego del ‘78 las autoridades regionales mostraron “tarjeta roja” al Festival y decretaron su receso indefinido, expulsando de la cancha (en pleno año del Mundial de Argentina) a todo lo que sonara a consagrados “ché” como Los 4 de Córdoba, Los Tucu Tucu, Nuestro Tiempo, Daniel Toro, Voces del Norte, etc.

Pese al hiato que afectó al Festival hasta su democrática reedición en 1990, la expresión folclórica se mantuvo viva, abriéndose espacio en emergentes enclaves culturales como La Pincoya y el Café Kultural. Y pensar que la cercanía de artistas de ambos países alternándose en el escenario festivalero hizo posible que los Illapu conocieran a un argentino llamado Roberto Ternán, de quien tomaron prestado su “Candombe para José”.

LOS LAZOS “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluye la galardonada canción “Mensaje”.
LOS LAZOS “Los Lazos” (1971, RCA Victor) incluye la galardonada canción “Mensaje”.

 
 
 
PATAGONIA 4 “Patagonia 4 canta así” (1975, FPF), primer álbum del grupo.


 






















 
 PARACAS Single “Sueña negrito” (1978, EMI) de los Paracas, tema triunfador del Festival.


  
LOS TUCU TUCU eran hijos predilectos del evento ya en los años ’70.